En el año 2005 como parte del proceso de restitución de tierras, el gobierno colombiano entrego tierras a familias desplazadas y campesinos sin tierra en la zona de Altillanura (Municipio de Puerto López, Meta).Las familias que recibieron estas fincas se enfrentaron a grandes dificultades, al no recibir ningún tipo de servicio de extensión agrícola o apoyo técnico; además tuvieron que sufrir lasproblemáticas legales y administrativas que han tenido los procesos de adjudicación de tierras en Colombia.
“Por ello, aunque muchas familias campesinas tuvieron acceso a la tierra, carecían de los recursos para hacer sostenible su tenencia. Esta situación se vio agravada por la mala calidad de gran parte de las tierras distribuidas por el INCORA (Instituto Colombiano de Reforma Agraria)” (Amnistia Internacional, 2014).
Muchas de las familias que recibieron tierras en la zona de la Altillanura nunca antes habían estado o trabajado allí, no conocían ni el clima ni las condiciones de suelo; “cuando tomamos posesión, en octubre de 2005, no sabíamos si reír o llorar, al ver esa llanura sin un árbol y tan dura como un mármol.” Dice La Sra. Ninfa Daza, una de las campesinas de la zona. La mayoría de los pequeños productores de la Altillanura destinan sus predios a la ganadería extensiva, desaprovechando grandes áreas, muchas veces contaminando fuentes de agua con estiércol y manejando poca o ninguna integración entre la ganadería y los demás sistemas productivos.
En abril del 2015, David Roberts, un Voluntario del Servicio Nacional de Conservación de los Estados Unidos y Anne E. Dare, voluntaria del departamento de agricultura e ingeniería biológica de la Universidad de Purdue, trabajaron con los productores de Altillanura compartiendo con ellos sus experiencias sobre sistemas integrados de producción y manejo de aguas; a partir de conceptos básicos y técnicas sencillas.Aquí la comunidad empezó a entender la importancia de recursos como el estiércol y el manejo de agua para los animales en los potreros. “para aprender sobre cómo hacer agricultura hoy, tenemos que leer los autores de los 50’s” decía David, para referirse a la importancia de conocer conceptos básicos sobre plantas y animales a la hora de integrarlos.
Durante 4 días los voluntarios dictaron charlas, visitaron fincas e hicieron recomendaciones sobre cómo integrar la producción animal y vegetal, y el manejo del agua para una mejor producción agrícola y una mejor conservación de recursos naturales. Actualmente el60% de las recomendaciones dadas por Dave y Anne han sido aplicadas por los campesinos de esta zona, y a través de Farmer To Farmer otros voluntarios internacionales han aportado para mejorar la integración de los sistemas de producción, en donde el uso de la materia orgánica, el reciclaje de agua, la integración de cultivos y animales son cada vez más comunes en las fincas de la Altillanura; en la corporación entre pueblos (uno de los Host de la zona) alrededor de 44 Has. Han sido impactadas por estas técnicas de producción.
“Antes de Farmer to Farmer yo no visitaba las fincas de mis vecinos” dice una de las campesinas de la zona. Como un proceso complementario, el proyecto Farmer to Farmertambién ha integrado personas y comunidad, gracias a la metodología de trabajo del proyecto, en la cual, los voluntarios visitan las fincas locales para aplicar en condiciones reales sus conocimientos, lo que ha motivado la amistad y el trabajo en equipo en la comunidad, y principalmente ha promovido el intercambio de conocimientos y experiencias entre los productores. A pesar de las de dificultades económicas y sociales que existen en las zonas rurales del departamento del Meta, la integración de sistemas y personas a través del proyecto Farmer to Farmer ha demostrado ser una buena herramienta para ayudar a los pequeños productores a tomar la decisión de quedarse en su tierra, y sentirse orgullosos de ser campesinos.