Imagina que eres una pequeña quebrada en la gran cordillera de los Andes… Riegas el suelo, los bosques y sus semillas… pero no alcanza. Por sí sola no regaras todos los bosques de la gran montaña, no darás de beber a todos sus animales, plantas, hongos y demás. También te será imposible llevar la sabia de la montaña hasta la gigantesca sabana.
Cómo un pequeño arroyo puede aportar agua a toda una montaña?
Si te unes con muchas otras pequeñas quebradas, grandes lagunas, arroyos y ríos, darás tu aporte a la Vida con tu preciado líquido. Tú, convertido en fuente para la Vida, heredero de las llanuras, alimentado por la sabiduría de la montaña, debes decidir si dejas que tu esfuerzo se riegue y desaparezca en un suelo infértil. O asumes la responsabilidad de ser un JOVEN arroyo, con todos tus conflictos, imaginación, creatividad y entusiasmo. Y empiezas a aportar desde la reflexión y la acción a la red Vital de la cuenca del Orinoco.